Enhorabuena BarrioCuento
Por Ángela Oramas Camero
Acaba de celebrar su décimo sexta edición BarrioCuento y ya la compañía Teatro Cimarrón, bajo la dirección general del dramaturgo, ensayista, narrador y crítico Alberto Curbelo, se prepara para el nuevo desafío cultural, mientras continúa recibiendo elogios y agradecimientos especialmente del público campesino.
A propósito del sostenido logro, ofrecemos opiniones, entre ellas la de Curbelo, quien destacó que Teatro Cimarrón se inspira en el pensamiento martiano: Las ciudades son la mente de las naciones, pero su corazón donde se agolpa, y de donde se reparte la sangre, está en los campos, y es por ello que esta agrupación, creada en agosto de 1995, dirige su quehacer escénico al campesino, incluidos los habitantes de serranías y zonas de difícil acceso, validando su cultura e imaginario.
Según Curbelo el principal proyecto es hacer teatro fuera del recinto teatral, sin negar este, por supuesto. Pero que pudiéramos actuar lo mismo en las calles, que en un parque, en las plazas, o debajo de una mata de mangos. Así decidimos que seríamos cimarrones y como tal tendríamos que trabajar en los montes y vivir en la naturaleza. Fue entonces que dimos el nombre de Cimarrón a nuestra naciente agrupación.
Por su lado, el historiador, ensayista, doctor en derecho y Titular de la Academia de Ciencias, Fernando Martínez Heredia, merecedor del Premio Calibán 2014 que confiere Teatro Cimarrón a relevantes personalidades o instituciones de la cultura, advierte que el mayor orgullo de esta agrupación no es precisamente el talento que poseen sus integrantes, como tampoco la gran cantidad de lauros conquistados por su excelente desempeño artístico, sino haber llevado el teatro de manera sistemática a las regiones más intrincadas del territorio nacional, patentizando así el nombre con que fue bautizada hace más de 18 años.
Teatro Cimarrón tiene como objetivo esencial visualizar, desde las tablas, al afrodescendiente y a nuestros pueblos originarios, consciente de que la racialidad es un tema que nos ocupa y urge de los tiempos en que comenzaron a fundirse en nuestros cimientos los cantos de la nacionalidad cubana.
Año tras año la agrupación eleva su prestigio y su indiscutible importancia cultural, especialmente como rescatadora y trasmisora de los cuentos orales y la cultura campesina en general.
En mi modesta opinión, Teatro Cimarrón deviene en salvaguarda de ese patrimonio rural que corrió el riesgo de caer en el olvido, pese a la gran riqueza que atesora. Tampoco descuida rendir tributo a figuras que desarrollaron con brillantez sus respectivas obras a partir de sabidurías, estudios, experiencias o visión del acontecer rural.
La recién concluida Bienal de Oralidad Escénica BarrioCuento 2014 rindió homenaje a los centenarios de Samuel Feijóo y Onelio Jorge Cardoso, así como a la obra de la escritora Nersys Felipe. El evento tuvo en cuenta las transformaciones agrarias que hoy tienen lugar en la Isla y que 2014 fue declarado por la ONU Año de la Agricultura Familiar.
La XVI edición comprendió espectáculos orales y puestas en escenas de la cuentería rural, la raigambre afrodescendiente en las prácticas agrícolas y tradiciones campesinas, así como los mitos y cosmogonías del campo, e incluyó el excelente programa teórico Contar con el campesino, donde participaron relevantes ensayistas e investigadores, entre ellos: Jesús Guanche, Jorge Garciaporrúa y Fidel Pajares.
Por tercera ocasión BarrioCuento se desarrolló en la Casa del Alba Cultural de La Habana, con subsedes en el Centro Cultural Bertolt Brecht, la Sala-Teatro La Tintalla, el Hospital Docente Complejo Pedro Borrás-MARFAN y las librerías «Fayad Jamís», del Instituto Cubano del Libro, y «Alma Máter», de la Universidad de La Habana.
Asimismo, notorias agrupaciones escénicas se presentaron como La Barca, de Guantánamo, capitaneada por Ury Rodríguez, el cuentacuentos más premiado en las diversas ediciones del evento; Monte Callao, de Mayabeque; Tropatrapo, Integración, Ananda, NarrArte, ContArte y su Taller de Narradoras, Las Abuelas Cuentacuentos, y la anfitriona Teatro Cimarrón de La Habana.
Desde valiosas aristas creativas, contribuyeron con la referida edición el Proyecto Palomas, de Lizet Vila, que presentó el documental Guajiros… de donde viene el amor; los músicos colombianos Santiago Barbosa y Luna Tinoco, la violinista Sandra Escribano, los cantantes Carlos Lois, Nieves Nivis y María del Carmen Palmero, el Grupo de cuerdas del Amadeo Roldán, el proyecto Los Chicos de la Alegría, que promociona Ángela Herrpinark, constituido por niños autistas del Hospital Docente Complejo Pedro Borrás-MARFAN; el coro de la Escuela Primaria «Estado Plurinacional de Bolivia» y la orquesta de cámara Ensemble Alternativo, que dirige la maestra Greta María Rodríguez Martín.
BarrioCuento 2014 se distinguió, asimismo, con las intervenciones de relevantes personalidades de la cultura, entre ellos: Fernando Martínez Heredia, Director del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello; Heriberto Feraudy, Presidente de la Comisión Aponte de la UNEAC; Jesús Guanche, miembro del Comité Científico Internacional del Proyecto UNESCO La ruta del Esclavo: resistencia, libertad y patrimonio; Antonio Martínez Fuentes, Presidente de la Cátedra de Antropología Luis Montané de la Universidad de La Habana; Nisia Agüero, Presidenta de la Cátedra de Narración Oral Escénica del Ministerio de Cultura, y María del Carmen Rumbaut,
A la relación anterior unimos los nombres de Georgina Herrera, Lina de Feria, Tomás Fernández Robaina, Alex Pausides, Jorge Garciaporrúa, Fidel Pajares, Domingo Salas, Margarita Díaz, Delsia García, Osvaldo Tillán, Joaquín Yanes, Lavinia Ascue y Haydee Arteaga, conocida como la Señora de los Cuentos, quien festejó en el evento su 98 cumpleaños.
En opinión de muchos asistentes al evento y en particular de Curbelo, las conferencias El estigma del discurso colonial, del Dr. Jesús Guanche; así como Raíces y convergencias de la música campesina cubana, del músico Jorge Garciaporrúa, se erigieron como cumbres de la XVI edición de BarrioCuento.
En su excepcional intervención ─dijo Curbelo─, Jesús Guanche se refirió a los «términos que fueron creados, definidos y usados para justificar campañas de conquista, saqueo, genocidio y colonización que, con el transcurso de los siglos, fueron apropiándose de las mentalidades hasta abarcar la lengua vernácula en las más diversas variantes, cual signos de prejuicio, discriminación, exclusión y también de autoestima, solidaridad, sobrevivencia en las más complejas situaciones sociales».
Apuntó Guanche que estamos en pleno siglo XXI y aun tenemos que escuchar en diversos espacios públicos, tanto académicos como ordinarios, el mismo discurso que emplearon los colonialistas europeos para sus súbditos en América, como si el valor contextual y semántico de los términos que conforman conceptos no hubieran cambiado con el tiempo.
Expresiones escritas por la legislación de entonces como «indio, blanco, negro, mulato, pardo, moreno, de color, raza», u otros términos más recientes como afrocubano y afrodescendiente se apropian de los discursos como si la significación de los términos tuviera una inocencia prístina despojada de toda intención colonizadora o de dominación de las ideas para trascender una época histórica marcada por la explotación, la discriminación y la pérdida de la condición humana.
Por su parte, el maestro Garciaporrúa hizo un recorrido por la música campesina cubana a partir de la integración de instrumentos musicales y los aportes del negro, sellando géneros y ritmos, lo que constituyó un verdadero muestrario de los procesos de conformación de la propia nacionalidad e identidad cultural de la mayor de las Antillas.
Muy destacable resultó por su sentido antropológico ─expresa también el director de Teatro Cimarrón─, la exposición de los colombianos Santiago Barbosa y Luna Tinoco sobre las particularidades de la música afrocolombiana, ideal complemento a la exposición del músico cubano.
El proyecto Tropatrapo y la compañía Teatro Cimarrón reservaron sus estrenos para BarrioCuento, con los que se llevó a escena la demandante realidad de nuestro medio ambiente, a través de Mundo Eco, con el guión y la dirección de Ángel Guilarte, entretanto se homenajeó a nuestro Cuentero Mayor, Onelio Jorge Cardoso con La Gran Travesía, alegoría teatral escrita y dirigida por Curbelo a partir del cuento Los tres pichones.
Teatro Cimarrón presentó la puesta en escena Juegos del Verso, con poemas de Dulce María Loynaz llevados a formatos de la música popular, como la rumba, espectáculo que acaparó el interés del público al respetarse los textos de la Loynaz, o sea que no hubo versión ni mutilación del texto original.
Tres exposiciones personales de artistas de las artes plásticas ofrecieron una agradable visión en los espacios para la palabra hablada. Así, la muestra Disfraces para el barro… Valores al fuego, de Yosniel Olay, ocupó una sala en el Centro Cultural Bertolt Brecht.
En la Librería Fayad Jamís, del Instituto Cubano del Libro, el proyecto Pinteratura, integrado por Lisandro Lugo y Sissi Uria, juntaron sus pinceles para ofrecer la exposición Puente a la trascendencia, basado en personajes y ambientes de los libros Cuentos de Guane y Román Elé, de Nersys Felipe. Entretanto, en la galería de la Casa del ALBA Cultural, la pintora Daymara Orasma mostró sus personales acercamientos al mundo agrícola y a nuestros campos en la exposición Rostros de mi entorno, que sirvió de antesala de las sesiones de BarrioCuento.
El Premio Mackandal fue otorgado a la poeta Georgina Herrera, a los investigadores Jesús Guanche y Tomás Fernández Robaina, al poeta y editor Alex Pausides, a la Cátedra de Antropología Jesús Montané de la Universidad de La Habana y a los teatristas Marvin Jacques y Margarita Díaz.
En el Concurso Infantil de Artes Plásticas En los montes, monte soy, participaron 121 niñas y niños, algunos son autistas e integrantes del Proyecto-Taller Los chicos de la alegría, que auspicia el Hospital Docente Complejo Pedro Borrás-MARFAN. El jurado premió en los tres niveles establecidos a Amelia Pérez Mesa (5 años, Escuela Primaria Miguel de Cervantes, Guanabacoa), Kendry de Armas Rencurrel (10 años, Escuela Primaria Humberto Sosa, Habana del Este), Davina Abreu Ramos (13 años, Escuela Secundaria Benito Juárez, Habana Vieja), y Yanisleidis Daye Pereira (13 años, Escuela Secundaria José Antonio Echevarría, Marianao).
También fueron premiados: Oscar Manuel López Monpié, Elianys Rodríguez Tito, Nelson Darío Rodríguez Pérez y Lauren Zaldívar Montalvo, todos de 6 años de edad, del Proyecto Taller que asiste el Hospital Docente Complejo Pedro Borrás-MARFAN.
Osvaldo Tillán, metodólogo provincial de artes plásticas, Jorge Fernández, curador, y Joaquín Yanes, especialistas que integraron el jurado, decidieron conceder menciones a Laura Samira Hernández (5 años, Escuela Primaria Orlando Pantoja Tamayo, Habana del Este); Amanda Amor González (8 años) y Massiel Viera Méndez (9 años), alumnas de la Escuela Primaria 5 de Septiembre, de La Lisa, La Habana.
En el acto de premiación, Adalberto Hernández Santos, director de la Librería «Alma Máter», significó que la institución, ubicada en la populosa esquina de Infanta y San Lázaro, en Centro Habana, está abierta a múltiples propuestas culturales, como la exposición de los dibujos y pinturas de los niños premiados en su Galería; así como a talleres, espacios de debate, conferencias magistrales y, desde luego, a la venta de libros no sólo especializados para la educación superior, sino para todos los niveles de la educación, de ficción, poesía y teatro.
Concluida la XVI edición de BarrioCuento, Teatro Cimarrón se trasladó a la provincia de Pinar del Río, para presentar los espectáculos La Gran Travesía, Cuentos de Monte Escondido y Juegos del Verso en el Encuentro Nacional de Teatro Espacio Vital. Las exhibiciones fueron extendidas a las salas La Barraca y Onelio Jorge Cardoso, así como al proyecto socio-cultural Los Chapuserios, a la sede de la UNEAC, al Centro de Promoción Literaria Hermanos Loynaz y a escuelas primarias de esta provincia.
