Periódico Trabajadores
Para acercarnos al futuro
Por Alberto Curbelo
De regreso a nuestra Isla, Gerardo Fulleda León me habla de la acogida que tuvo la puesta de su obra La querida de Enramada en el Stadsteaterm Lilla Scenen, de Suecia, como si el público ─fundamentalmente latinoamericano─ aun estuviese aplaudiendo tras el último cierre de la cortina.
«La querida de Enramada ─me dice─ es una obra que no yo escribí para ese público. Nunca pensé que pudiera entusiasmar a suecos, a extranjeros… Y cuando los vi aplaudir así, llenarse la sala, pese a las caras que son allá las entradas para cualquier función teatral, imagínate: ¡no podía salir de mi asombro!
«Periódico como Dagens Nyheter, Aftonbladest, Expresen…, de diferentes matices políticos ─y no precisamente pro-cubanos─, se hicieron eco de la puesta.
«Los días vividos junto al colectivo de Teatro Latinoamericano Sandino ─que montó la obra y está integrado por españoles, argentinos, bolivianos, surinameses, latinos residentes en Estocolmo─ fueron para mí, una reafirmación del camino que me he propuesto como dramaturgo: aquel que indaga lo que es cubano, lo que somos…»
¿Pudiste apreciar la realidad contemporánea del teatro sueco?
«Si. Y me interesó mucho en cuanto a la osadía artística de las representaciones que se hacen para jóvenes. No ignoran la realidad de éstos, integrándolos a la sociedad como jóvenes que viven en un mundo de adultos, sin desvincularlos o aislarlos en el seno de la sociedad… Lo que vi fue muy interesante. Y pienso, Alberto, que es algo que aún no hemos logrado en Cuba, en el teatro para jóvenes».
¿En el teatro cubano para jóvenes? ¿Por qué?
«Porque, salvo honradísimas excepciones, prima la falta de audacia, de creatividad, de sinceridad sobre los problemas que afectas a los jóvenes… La realidad contemporánea nuestra ─cuando hace una tenue aparición en textos recientes─ viene teñida, la mayoría de las veces, de una capa epidérmica de actualidad. Quiero decir que nos conformamos con enunciar lo que deberíamos clarificar, con sentenciar lo que debiéramos interrogar…»
¿También en algunos textos de dramaturgos jóvenes, como Alberto Pedro?
«La obra de Alberto Pedro es una de esas honradas excepciones. Para escribir para jóvenes hoy en día, en Cuba, hay que hacerlo con el mismo plano de osadía de Week-end en Bahía».
Los jóvenes ─le digo finalmente, a Fulleda León─, y el público en general, tienen ahora la oportunidad de apreciar esa puesta en el Festival de Teatro de La Habana.
«Y otras ─concluye─, afortunadamente, en las que se ve superado el teque, la mojigatería intelectual… El Festival de Teatro de La Habana me parece una oportunidad valiosa para valorar lo que se está haciendo en materia teatral en Cuba y en Nuestra América. Apreciar su diversidad. Es una oportunidad única no sólo para reconocernos en la escena, sino de acercarnos al futuro, al futuro del teatro latinoamericano».
29 de mayo de 1987.