La historia al revés
Por Fernando Rodríguez Sosa
Todo texto dramático es, a la vez, literatura y material para la escena. Y, como tal, puede ser disfrutado, tanto en forma de libro como en la sala de un teatro. Las afirmaciones, que no me pertenecen, pues la he encontrado en una revista especializada, resultan bien elocuentes. Más aun cuando no existe una traición, a excepción de las obligadas tareas docentes relacionadas por lo general con los clásicos, de leer teatro.
Y sin leer teatro no es usual en el mundo contemporáneo, tampoco lo es publicarlo. De ahí que la aparición de un texto para la escena constituya siempre, independientemente de sus valores, motivo de curiosa bienvenida. Como me ha sucedido al encontrar el libro El príncipe pescado, de Alberto Curbelo, obra que recibió el Premio Abril, en q994, y que ahora parece bajo el sello de esa propia casa editora.
Farsa en tres actos y un epílogo, basada en la idea dramática del argentino Agustín Cuzzani y en diversas profecías, poemas y mitos amerindios, según propia confesión del autor, esta pieza es como un juego, como una burla a la historia del mundo de hace cinco siglos. Porque, con imaginación e ironía, se invierte el decursar histórico y los primeros habitantes de nuestro continente antes de ser «descubierto» con quienes, por azar, llegan a España.
La trama de El príncipe pescado se inicia, así, en América, cuando Balum Votán encabeza una expedición por mar, junto a sus súbditos, en busca del Padre Sol, para que lleve la lluvia a su pueblo. Los restantes dos actos se desarrollan en España, cuando el príncipe y sus acompañantes caen en las redes de un pescador, para terminar, luego de algunos enredos, frente a la reina Isabel y a Cristóbal Colón, en busca de una solución de los conflictos planteados.
Ya este texto tuvo su estreno, a cargo de Teatro del Sol, en 1994. Y no era, por cierto, la primera vez que el dramaturgo, poeta y director artístico Alberto Curbelo (Camagüey, 1957) llevaba a la escena sus piezas. Dos años antes, dirigió y estrenó, con el grupo Teatro Caribeño, su drama Los caballos de la noche. Con este colectivo montó también el galardonado espectáculo infantil Patakín de una muñeca negra y Noticias del Imperio.
El príncipe pescado no es solo un título más en la relación de obras reconocidas ─en los Premios La Edad de Oro y David─ del actual director de la compañía Teatro Cimarrón. Esta pieza, a partir de este momento, también se incorpora a la bibliografía de repertorio teatral; publicada en Cuba. Y ello es una buena excusa no solo para una puesta en escena de esta fantasiosa farsa, sino, igualmente, para que, quien no se haya decidido hasta ahora, comience a leer teatro.
Periódico Granma
