Génesis a través de la cultura
Por Yadier E. Hannot
Contar las distintas etapas de nuestra historia desde la cultura resulta una idea loable y de buen gusto. Difiere en mucho de algunas representaciones que de forma seudoartística no logran siquiera plasmar la rica tradición de la Isla.
La cultura cubana es una combinación de costumbres españolas y africanas. La mezcla de la guitarra y el tambor da a nuestra música sus formas más distintivas: la rumba y el son. Esta misma fusión nos brindó nuestro primer poema épico-heroico Espejo de Paciencia.
Un grupo de actores, actrices, bailarines y trovadores se propusieron, y lograron hilvanar, toda una historia que, de forma coherente, amena y didáctica, viajó a través de la música, la narración y el baile, por las distintas etapas de la cultura cubana.
El elenco conformado por representantes de la Asociación Hermanos Saiz, el Gran Teatro de La Habana, la Escuela Vocacional de Ballet Español de La Habana y el grupo Teatro Cimarrón se reunió en la Plaza de Armas, uno de los lugares desde donde se festeja por estos días la realización de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Mientras Samuel y Glenda se preguntaban Cómo andará La Habana, Sergio Gómez le cantaba a su tristeza y Silvio Alejandro se cuestionaba la vida fuera de ella. Estos jóvenes «agradecen el espacio que sin imposiciones se les brindó en una ocasión tan importante para el país». En cada una de sus presentaciones se notaba el amor por una ciudad que les pertenecía con sus 480 años, sus aciertos, desengaños y su gente. La Escuela Vocacional, auspiciada por el Ballet Español de La Habana, recreó las tradiciones folklóricas españolas, llenas de majas, manolos, toreros, mantillas, castañuelas y abanicos. Para Yadir Vázquez, profesor de la Escuela y miembro del Ballet Español de La Habana «la cultura tiene un papel predominante en todas las celebraciones, mucho más en un país como el nuestro, de tan ricas y variadas tradiciones».
Los reyes del relámpago y el trueno, cuento de la fallecida escritora Excilia Saldaña, representó lo africano, con proverbios, mitos y leyendas que pusieron de manifiesto la creencia en lo sobrenatural y los orígenes de esta cultura. En la Plaza de Armas se respiraba otro aire, A pesar de que en cualquier esquina de la vieja Habana puede encontrarse un músico, poeta o mago; las creaciones que se escucharon fueron distintas y juntas conformaron una historia.
Periódico Juventud Rebelde, 16 de noviembre de 1999